Existen más de 900 iglesias en la ciudad de Roma.[1] Desde que el emperador Teodosio I reconoció el cristianismo como religión oficial por medio del Edicto de Tesalónica en 380, el número de iglesias en Roma comenzó a crecer pues esta ciudad se convirtió rápidamente en el centro mundial del cristianismo al ser la residencia del Papa. Durante la Edad Media, muchos edificios del imperio fueron demolidos para construir nuevas iglesias, como el caso del Coliseo, pues muchas partes de este edificio, durante siglos símbolo de la cultura romana, fueron destruidas para dar paso a nuevas catedrales e iglesias. Ya entrado el Renacimiento, antiguas sedes religiosas comenzaron a entrar en la decadencia y fueron derrumbadas, pero en su lugar se edificaron nuevas muestras del arte religioso, cuya máxima expresión se alcanzó a principios del siglo XVII, con la consagración de la Basílica de San Pedro, por el papa Urbano VIII, obra de Bramante y Miguel Ángel.[2]